jueves, 8 de octubre de 2015

EL GRAN DEBATE

Finalmente, el debate se celebró el día 6 de Octubre tal y como estaba planificado. Tras analizar el debate en grupo, hemos sacado varias conclusiones importantes que conviene recordar en cuanto a la planificación y al hecho de hablar en público. No me voy a extender hablando sobre la planificación del mismo, ya que las normas las pusimos nosotros en grupo y éstos pueden variar de un debate a otro pero sí que me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre hablar en público, ya que es lo que más me ha costado.

En cuanto a la planificación, se ha comentado que quizás, si hubieramos tenido algunas horas más de preparación, podríamos haberlo hecho mejor. No sé si realmente hubiera sido así, ya que lo que más nos ha costado ha sido ponernos en la piel de otro y defenderlo. Sí que hubiera cambiado los tiempos de réplica, para que el debate fuera más dinámico permitiendo interrupciones.

Hablar en público: A la hora de exponer un tema al otro grupo, en un principio intimida mucho ponerse de pie y que todo el mundo dirija su atención a ti. Para que esto no afecte a la hora de la exposición, debemos hacer un trabajo previo que quizás nos ayude a controlar los nervios y para que no nos jueguen una mala pasada. Podemos hacerlo de diversas formas:
  • Ante todo, preparar muy bien el tema del que se va a hablar. Esto nos dará seguridad en nosotros mismos.
  • Enlazando con lo anterior, "crecernos". Pensar y convencernos de que controlamos el tema y que lo dominamos completamente.
  • Si nos ponemos muy nerviosos, hablar con un bolígrafo o lápiz en la mano. Un folio puede ser muy traicionero ya que con el tembleque se mueve mucho.
  • Hacer barridos con la mirada hacia el equipo contrario y el jurado, para de esta manera buscar alianzas que nos reconforten.
  • Previo a la intervención, varias respiraciones profundas para tranquilizarnos.
  • Suele ser muy interesante tener algún ritual. Esto nos ayudará a concentrarnos en la tarea 
 Como veis, hay "pequeños truquitos" que nos pueden servir a la hora de hablar en público, por lo menos para que parezca que estamos tranquilos. De todas formas, con el tiempo y exponiéndonos una y otra vez, seguramente iremos perdiendo el miedo y enfrentándonos con más naturalidad a los alumnos y alumnas.
 





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